sábado, 25 de marzo de 2017

¡Hola Enfermedad!... ¿Tienes algo que decirme?






Sin saber muy bien porqué, durante gran parte de mi vida, he sentido que la enfermedad no era eso que me habían dicho: una "lotería", la cruz que te ha tocado,  un castigo que Dios te envió, o alguna de esas infinidad de afirmaciones que tantos de nosotros hemos escuchado en algún momento en nuestro entorno.

Pero como la mayoría, inmersa en las creencias y "las realidades" que ese entorno parecían vivir, tardé un tiempo en darle forma a ese pensamiento inicial, que incluso sin volverse más consistente, nunca me abandonaba.

Fue la enfermedad de mi madre y su posterior fallecimiento, los encargados de que ese pensamiento, esa duda, ese sentir, se convirtiera en un firme propósito, el de encontrar un ¿Por qué? que a cada paso que daba me acercaba a un incomprensible (en ese momento) ¿Para qué?

Mi madre, falleció con 52 años de un cáncer de pulmón, lo que podría considerarse hasta "normal", en estos tiempos. Pero es que la historia se repetía...pues su padre, mi abuelo, había fallecido 25 años antes a la misma edad y de la misma enfermedad.

Todos hemos perdido seres queridos, experimentando los diferentes estados o etapas del duelo, la negación, la tristeza, la necesidad de una explicación, etc. Pero en mi caso había algo más...existía una certeza en la que no tenía cabida la simple casualidad.

Pues uno de tantos factores que fomentaban esa certeza, tenía una clara relación con las infinitas afirmaciones de mi madre durante esos 25 años, repitiendo una y otra vez, que ella moriría joven como su padre y de su misma enfermedad.

Todos estos datos y la realidad con la que me topé, redirigieron mi búsqueda hacia una sola pregunta: ¿Qué podía originar aquella "horrorosa casualidad"?.

Uno de los maravillosos regalos que ella me dejó, fue el libro de Louis L. Hay: "Usted puede sanar su vida". Con él en mis manos comencé a atar cabos, leyendo una y otra vez los diferentes conflictos relacionados con todas y cada una de las enfermedades, que por uno u otro motivo habían rodeado mi experiencia. 

Y todas...realmente todas "coincidían", todas eran verdad.

Esa maravillosa mujer, la autora de ese libro tan esclarecedor, no conocía a ninguna de las personas con las que yo "había comprobado" sus teorías. Y sin apenas darme cuenta, un mundo, repleto de dudas, estupor y sorpresa se abría ante mí. 


Todo, absolutamente todo tenía una explicación, un propósito, un para qué...

¿Cuál?... Te animo a que lo investigues conmigo.


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